Mis manos estaban cubiertas de sangres, mi ropa apenas salpicada.EL puntal de mi cello goteaba sangre, no debí utilizarlo para matarlo, cada vez que lo vea me acordare la sensación que tuve al incrustar lo en su cuello,como ese frió metal recién afilado fue entrando en su carne de una manera violenta e inmediata pero que al recordarla se vuelve lenta y escalofriante.
Seria bueno arrepentirme, o por lo menos dejar de mirarlo o lavarme las manos; pero no puedo, por eso me acosté a su lado clavando mis ojos en los suyos, su sangre aun estaba caliente y cuando lo abrace mancho toda mi camisa, fue el abrazo mas cálido que el me había dado.
Me asusta lo cómoda que estoy abrazando su cuerpo inerte, tengo muchas ganas de confesar le muchas cosas, como que esa noche no planeaba matarlo, solo quería verlo una vez mas y despedirme.
Veo aun en sus ojos muertos esa luz que siempre me atrajo, siempre lo trate como un amigo mas, de hecho casi como a alguien que no fuera de mi agrado, nunca le mostré ningun rastro de todo lo que sentía por el, mas bien todo lo contrario y así logre tenerlo lejos.
Al fin! al fin puedo abrazarlo, aquí tirados en el piso, bañados por su sangre que ahora ya esta fría.Que pasa ahora? no puedo creer lo que pasa ahora, porque lloro? porque? , ahora su sangre esta bañada en mis lagrimas, pero no llora conmigo, y no me abraza de verdad, como siempre, soy solo yo, como cada noche que soñaba abrazar lo, mientras abrazaba mi almohada.
Voy a cerrar su ojos e imaginar que sueña conmigo..
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